miércoles, 12 de octubre de 2011

Yo también tengo un sueño.

Tic, tac, tic, tac… El reloj suena, los segundos pasan, los minutos vuelan, las horas llegan… Cada día es uno más o uno menos, todo según cómo se mire.

Veo la vida pasar, disfrutando unas veces más y otras menos, sintiendo que hoy por hoy soy alguien en un mundo asesino en el que el más fuerte vive y el más débil no le importa a nadie.
Sobrevivo en un país que cada día se sume más y más, en el que no le importas a nadie y si pueden aplastarte para conseguir sus metas mejor. Un país en el que echan las culpas a los otros y no a los de aquí, donde nadie tenemos oportunidad, donde tener algo se convierte casi siempre en un reto imposible…

Vivo en un lugar donde mi vida poco importa, pero parece interesante según con quién vaya o lo que haga…

A veces me pregunto cómo puedo seguir con vida teniendo las ideas que tengo y viendo a una juventud que viene con la tontería encima, donde no les importa otra cosa que el pasado de un país de mierda donde te fusilaban por tener una brillante idea o te restaban la libertad de ser tú mismo. Yo no sé en qué puede degenerar esto, pero alguien debería parar a los niñatos con sus exaltaciones fascistas y racistas.

Porque yo, al igual que Martin Luther King, tengo un sueño. Yo también sueño con un país libre en el que todos podamos disfrutar de las mismas posibilidades, donde no me juzguen por ser como soy, donde tenga la oportunidad de hacer aquello que me proponga…

No sé si todo esto es fruto de mi actual estado medio febril, aunque no creo porque es verdad que pienso todo esto. Lo mismo necesitaba desahogarme y lo he podido hacer…