martes, 10 de enero de 2012

2012

Dicen que se acaba el mundo, creo que para el 21 de diciembre más o menos. Sí, a los Mayas no les dio tiempo a hacer un calendario más, lo mismo que nuestros años se acaban el 31 de diciembre de todos los meses, el suyo terminó el 21 de diciembre y muchos creen que la vamos a palmar.

Pues yo, si he de morir, quiero hacerlo riéndome y pasándolo bien.
Estaré más triste o más contenta, tendré mil motivos para derramar lágrimas, me pondrán mil obstáculos por delante en mi día a día... pero no quiero que se me borre la sonrisa de la cara. Lo primero que quiero hacer al despertarme es sonreír y vivir, ser natural, ser yo.

2012, no intentes jugármela que yo soy fuego y te puedes quemar. Vamos a llevarnos bien. Disfrutemos el uno del otro. Dame todo lo que quiero y te corresponderé.
Por ahora, creo que voy a empezar a sonreír...

martes, 29 de noviembre de 2011

No puedo...

No puedo pretender cambiar el mundo cuando el mundo nos cambia constantemente a nosotros.
No puedo hacer feliz a la gente cuando yo no puedo hacerme feliz a mí misma.
No puedo hablar de lo que quiero cuando hay gente que me corta la libertad.
No puedo tener seguridad en mí misma si no creo en mí.
No puedo reír si alguien no me da los motivos suficientes.
No puedo llorar si no tengo las fuerzas necesarias.
No puedo alzar la voz y gritar a los cuatro vientos si no tengo esa seguridad en mí.
No puedo…
No puedo…
No puedo…

Quiero cambiar ese no puedo por un sí puedo. Al igual que todo en esa vida esto también tiene sus dificultades.

Soy la única persona que puedo cambiar mis fracasos por metas desde lo más profundo. Sé que no puedo lanzarme a la piscina sin antes asegurarme que hay agua y que donde me tire cubre a la justa medida, pero puedo observar primero y tomar la decisión: lanzarme o quedarme en la orilla.

Muchas veces pienso en la película Forrest Gump y en una frase que dice el protagonista: “Mi mamá dice que la vida es como una caja de bombones, nunca sabes qué te va a tocar”.

Creo, que verdaderamente, esta es la realidad porque nunca sabes qué te puede suceder ni qué acontecimientos vas a presenciar…

lunes, 28 de noviembre de 2011

Mala suerte.

Pasar debajo de una escalera, ver un gato negro, romper un espejo, que se te caiga sal, brindar con agua… Sí, toda esta serie de cosas y las que no he añadido, porque hay muchas y no me las sé todas, supuestamente dan mala suerte.

Recuerdo aquellos días de instituto donde cuando me salía muy bien un examen alguna vez imaginé que era por mi ropa interior o mis calcetines y me ponía el mismo atuendo cuando tenía examen y no sabía ni por dónde me pegaba el aire. Conclusión: si llegaba al 5 podía darme con un canto en los dientes.

La cuestión es… ¿de qué nos sirve pensar todo el día en las supersticiones y huir de escaleras, gatos, sal, espejos…? Pérdida de tiempo, lo llamo yo. Que yo también peco, no iba a ser para menos, pero a mí lo que me va más es eso de tocar madera, no pregunten.

Todos tenemos días buenos y días malos, lo mismo que rachas, pero joder a veces una se cuestiona si no le han echado un mal de ojo o le ha mirado un tuerto porque otra cosa no, pero motivos no faltan.

Y digo yo, ¿si no me hace caso ha sido también la mala suerte?, ¿si la alarma no suena, mala suerte?, ¿si quiero besarte y no te enteras, mala suerte?, ¿si pierdo el metro, mala suerte?, ¿si me bloqueo, mala suerte?, ¿si tengo mala suerte, mala suerte?

miércoles, 12 de octubre de 2011

Yo también tengo un sueño.

Tic, tac, tic, tac… El reloj suena, los segundos pasan, los minutos vuelan, las horas llegan… Cada día es uno más o uno menos, todo según cómo se mire.

Veo la vida pasar, disfrutando unas veces más y otras menos, sintiendo que hoy por hoy soy alguien en un mundo asesino en el que el más fuerte vive y el más débil no le importa a nadie.
Sobrevivo en un país que cada día se sume más y más, en el que no le importas a nadie y si pueden aplastarte para conseguir sus metas mejor. Un país en el que echan las culpas a los otros y no a los de aquí, donde nadie tenemos oportunidad, donde tener algo se convierte casi siempre en un reto imposible…

Vivo en un lugar donde mi vida poco importa, pero parece interesante según con quién vaya o lo que haga…

A veces me pregunto cómo puedo seguir con vida teniendo las ideas que tengo y viendo a una juventud que viene con la tontería encima, donde no les importa otra cosa que el pasado de un país de mierda donde te fusilaban por tener una brillante idea o te restaban la libertad de ser tú mismo. Yo no sé en qué puede degenerar esto, pero alguien debería parar a los niñatos con sus exaltaciones fascistas y racistas.

Porque yo, al igual que Martin Luther King, tengo un sueño. Yo también sueño con un país libre en el que todos podamos disfrutar de las mismas posibilidades, donde no me juzguen por ser como soy, donde tenga la oportunidad de hacer aquello que me proponga…

No sé si todo esto es fruto de mi actual estado medio febril, aunque no creo porque es verdad que pienso todo esto. Lo mismo necesitaba desahogarme y lo he podido hacer…

lunes, 13 de junio de 2011

Recta final...

Cada día es uno menos para saborear la recompensa del esfuerzo, o al menos de ese intento de esfuerzo.

Están siendo unos días de demasiadas reflexiones y pensamientos para mí... Creo que hay demasiadas cosas que quiero evitar e intento huir, pero no huir de salir corriendo, sino huir mentalmente. Me aparto, lo noto.

Puede que esté haciendo las cosas mal en todos los aspectos, pero no quiero que en estos momentos me digan palabras o hechos que puedan interferir en lo que se me viene encima.

¿Un acto egoísta? Puede ser, pero yo nunca miro por mí y creo que ya es hora de hacerlo.

Equivocaciones muchas, arrepentimientos ninguno. Siempre hay un por qué de las cosas aunque muchas veces no lo encontremos, no lo veamos o no lo queramos ver, pero ahí está. Yo encuentro mis por qué y son muy lamentables, así que mejor me los reservo.

Se viene la recta final y esperemos que no se tuerza…

miércoles, 11 de mayo de 2011

Nada es fácil

Tendemos a dificultar las cosas de tal manera que lo más sencillo lo convertimos en lo más complicado.

¿Por qué pensamos tanto las cosas? Sabemos que hay dos opciones: que salgan y que no salgan. El no lo tenemos desde el principio, pero no arriesgamos, ¿por qué? ¿dónde está el miedo y a qué?

Por desgracia, pertenezco al grupo de quienes piensan las cosas un millón y medio de veces y no arriesgan ni con un revólver en la cabeza. Nunca entenderé mi comportamiento, es raro, como yo.

Igualmente... el cementerio está lleno de valientes, así que yo no sé si arriesgar a dejar que la vida me ponga las cosas delante (una manera egoísta si tengo en cuenta que SIEMPRE me quejo de mi vida y casi todo lo que me rodea).

lunes, 21 de marzo de 2011

Primavera

Primavera, por fin has llegado.

Este año sé que vas a ser muy especial, no va a ser como otros años. Lo sé porque mi vida ha cambiado mucho desde que estoy en Madrid. Da igual si me pasa algo bueno o malo porque de la vida se aprende y de todo se saca una conclusión.

Pilas cargadas de energía, lástima que no sean alcalinas. Igualmente hay que aprovechar los pequeños momentos felices que da la vida y olvidar los tristes, dejarlos apartados en un lado para sonreír y no pensar que algo fue mal.

Positivismo, ante todo que haya de eso para enfrentarse al negativismo, aunque los polos opuestos se atraen… mmm esta es otra reflexión, creo que no pinta nada aquí.

Si mezclo mi nueva vida con el cierre de una etapa anterior creo que sale la nueva yo. No sé si soy mejor persona o peor que antes, pero siempre he procurado ser yo misma y creo que lo demuestro día a día, nunca he sabido comportarme de otra manera que no fuese haciendo o diciendo lo que siento. Probablemente mi forma de actuar diga mucho de mí y probablemente haya gente que me critique por ser como soy, por ser yo misma, pero eso me da igual.

Y la primavera… esa maravillosa estación del año donde la persona es persona al 100% y se muestra al mundo de la forma más loca y maravillosa posible. “La primavera la sangre altera”, qué gran razón… y lo mejor de todo es que me encanta. Es una sensación que hay que sentirla, así, sólo así, se sabe que es primavera.

Luego viene el verano, pero eso es caso a parte porque el verano es todavía más especial.

jueves, 24 de febrero de 2011

Yo contra mí misma.

Sentada, viendo pasar los segundos, minutos, horas, días... No hay un objetivo fijo, nada entre ceja y ceja para cumplir, las motivaciones se fugaron de la cárcel que era yo.
El Carpe Diem quedó olvidado en un rincón de mí, sin saber el por qué. La felicidad quiso irse de vacaciones, pero me dijo que no sabía cuándo podría volver.
A veces me visita mi amigo insomnio, que dice que me echa de menos... La verdad que yo no, pero no lo digo, solo lo pienso. Me ha dicho que me visita porque ha notado que últimamente pienso mucho en todo y... nada que quería ayudarme y eso. ¿Ayudarme? No, gracias, creo que pensaré cada día menos para que te alejes de mí... es que, mira, chico, que no quiero saber de ti, ¿sabes?
Y la primavera que ya viene al mes que viene, ¿y qué coño hago yo?
Sí, me ahogo en un vaso de agua, pero de siempre, no de ahora. Quiero, no quiero. Estoy, no estoy. Soy, no soy. Sí, no.
¿Y si el problema es solo mío? ¿Y si soy una indecisa? No sé ni quién soy, ni qué hago aquí ni qué es lo que quiero... Me lo planteo, nunca encuentro las respuestas.
Comprensión contra incomprensión...
Preguntas contra respuestas...
Corazón contra cabeza...
Yo contra mí misma...