Pasar debajo de una escalera, ver un gato negro, romper un espejo, que se te caiga sal, brindar con agua… Sí, toda esta serie de cosas y las que no he añadido, porque hay muchas y no me las sé todas, supuestamente dan mala suerte.
Recuerdo aquellos días de instituto donde cuando me salía muy bien un examen alguna vez imaginé que era por mi ropa interior o mis calcetines y me ponía el mismo atuendo cuando tenía examen y no sabía ni por dónde me pegaba el aire. Conclusión: si llegaba al 5 podía darme con un canto en los dientes.
La cuestión es… ¿de qué nos sirve pensar todo el día en las supersticiones y huir de escaleras, gatos, sal, espejos…? Pérdida de tiempo, lo llamo yo. Que yo también peco, no iba a ser para menos, pero a mí lo que me va más es eso de tocar madera, no pregunten.
Todos tenemos días buenos y días malos, lo mismo que rachas, pero joder a veces una se cuestiona si no le han echado un mal de ojo o le ha mirado un tuerto porque otra cosa no, pero motivos no faltan.
Y digo yo, ¿si no me hace caso ha sido también la mala suerte?, ¿si la alarma no suena, mala suerte?, ¿si quiero besarte y no te enteras, mala suerte?, ¿si pierdo el metro, mala suerte?, ¿si me bloqueo, mala suerte?, ¿si tengo mala suerte, mala suerte?
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Hace 13 años
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