viernes, 21 de noviembre de 2008

Añorada infancia


Viernes... por fin llegó el tan esperado fin de semana, pero ¿para qué? Sí, como viene siendo algún que otro fin de semana seguido, toca estudiar, esta vez arte. Nos esperan 3 semanas de estudio que, posiblemente, den sus buenos frutos allá por el 18 de diciembre cuando ya hayan puesto las notas.

Giro la cabeza hacia atrás y parece que fue ayer cuando tan sólo tenía 4 años. Son muchas cosas desde aquella época hasta los días de hoy, dulces y amargos momentos. La ilusión con la que afrontaba la Navidad no me la quitaba nadie y, ¿ahora qué? Perdí aquella ilusión, cada año odio más que lleguen estas fechas. ¿Lo bueno de ellas? Tenemos vacaciones.

Cuando yo tenía 4 años era la alegría personificada, siempre soñando, con una sonrisa en la cara, jugando, siendo una personita habladora... Quizá la vida me hizo crecer demasiado rápido, pero nunca he dejado de ser una soñadora que cree que todas las personas tienen algo bueno... nunca aprenderé la lección: siempre hay personas que te hunden o te han hundido y aun así has acabado perdonando, pero otra vez te hundieron. Eso no pasaba con 4 años. Con 4 años aprendí a ir en bicicleta sin la ayuda de las ruedecitas pequeñas, aprendí rápido y casi por mí misma. Todavía puedo ver la sonrisa de mi padre cuando vio que andaba en bicicleta... cómo le echo de menos, me ha hecho mucha falta desde que dejó este mundo...

Luego pasan los años y apenas te das cuenta de ellos. Se van personas que quieres... A la edad de 7 años dices que no vas a escribir como las personas mayores y... cuando eres “mayor” acabas escribiendo como dijiste que nunca lo harías. Con 10 años te enamoras por primera vez, sí, eres chiquitita, pero te enamoras. Con 12 dices que no piensas tener novio hasta los 15 porque los chicos son todos unos idiotas. Pero llegas a los 15 años y no tienes novio ni quieres tenerlo jaja.

Tantas cosas pasadas que no te queda otra que recordarlas con una tímida sonrisa mezclada con la nostalgia.

Felices años 90... Cómo lloré cuando entramos en el año 2000, me tuvo que consolar mi madre porque yo pensaba que todo iba a cambiar y tenía miedo a lo “nuevo” y... todo siguió igual. Pero los años 90... fueron tan especiales... imposibles de olvidar. Mi infancia entre 2 siglos: XX y XXI.

Ahora, en este mismo instante, desearía volver a tener 4, 5...10 años. Quiero volver a las no-preocupaciones, a la vida de la sencillez y la inocencia, a volver a descubrir lo que pasa cuando dos personas se quieren... Quiero volver al pasado.


Sean bienvenidos los años que vengan y que nunca sean peor que los pasados.

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